La situación del Barcelona es, posiblemente, la peor desde hace muchos años. Y lo es no solo por el culebrón de Messi y los malos resultados en Liga. La plantilla no quiere ni ver al entrenador y su staff técnico.

El holandés llegó fichado como una solución por parte de Bartomeu. Éste se fue y dejó el marrón en el vestuario. Koeman es una persona impulsiva, con mucho carácter y deja claro en todo momento quién es el que manda.

Si además del mal carácter y vehemencia de Ronald, se unen los malos resultados en Liga y el haberse clasificados como segundos en Champions, se están provocando constantes capítulos de malestar entre los futbolistas. Por si esto fuera poco, los jugadores tampoco están contentos con las decisiones que toma en el campo. Ya le han dicho en más de una ocasión que cambie su sistema de juego. Koeman va con sus ideas hasta el final.

Messi está de salida y los otros pesos pesados del vestuario como Piqué, Alba o Busquets no acaban de cogerle ‘cariño’. Hay incluso futbolistas que le tienen miedo.

Ronald Koeman sabe que no aguantará mucho como entrenador culé y por eso no cede en un ápice en sus intenciones y forma de pensar. Haga lo que haga, será destituido en cuanto llegue el nuevo presidente. Mientras tanto el ambiente en el vestuario comienza a ser irrespirable.

Por cierto, Koeman ya la lió en el vestuario del Valencia hace años. Futbolistas como Joaquín dejaron de hablarse con él… Koeman es lo que le faltaba a este Barça.