El futbolista francés del Barcelona es ya oficialmente un anti madridista más. El Principito ni olvida ni perdona que en la casa blanca nunca le hicieran ni el más mínimo aprecio.
Antoine no es de esos de dejar muchos amigos por donde pasa a pesar de que no es una persona problemática mientras milita en un equipo. Su hermana es su representante y eso a veces falla en ese binomio tan peligroso de mezclar familia con negocios.
Griezmann que las ha pasado ‘canutas’ en sus inicios en el Barcelona parece ir levantando ya la cabeza, poco a poco se siente más integrado desde que Messi y su pandilla le miran con otros ojos.
Griezmann pone todo de su parte para ser considerado por el club y por el clan Messi. Va invitado a los asados del argentino y ahora se enfunda la camiseta culé para ir a ver a la división de baloncesto del Barcelona.
En el último clásico de la ACB del pasado 29 de diciembre se le pudo ver rodeado de amigos en la grada como alentaba a sus compañeros de club mientras daban una lección de baloncesto al Madrid de Pablo Laso. Hasta ahí todo normal. Lo curioso que es que protestaba las decisiones arbitrales como un seguidor más, de esos que son de un club desde pequeñitos.
Griezmann y su afición por el baloncesto le jugaron una mala pasada. Un futbolista referente como él debería mantener las formas, también desde la grada y aunque sea frente al eterno rival: el Real Madrid…
